miércoles, 7 de mayo de 2008

Las niñas son rosas...



Las niñas llevan el estigma del color rosa, si es niña usa zapatitos rosa... bueno, este estigma puede ser el primero que como mujer afronte Tlalli, algunos otros son más relevantes y habrá que ir rompiendo esquemas y agrandando espacios. Veamos que dice Tlalli:

"Mis papás decían el otro día que a mi prima le regalaron puras cosas rosas, vestidos rosas, pantalones rosas, mamelucos rosas, chambritas rosas, cobijas rosas, blusas rosas, zapatitos rosas, chupones rosas… tooooooooodo rosa."

"Mis papás dicen que hay más colores."

"¡Claro! Soy niña (y al parecer sería muy raro que fallara el diagnóstico del ultrasonido) pero me parece que hay más colores con los cuales podrían vestirme mis papás. Oía a mi hermanita que decía a mis papás que quería pintar su cuarto de muchos colores y que mi papá le preguntaba que de cuales y ella le respondió: 'De azul, de morado, de rojo, de café, de verde, de lila, de blanco, de amarillos, de negro, de turquesa, de cielo, de mar, de tierra, de aire, de árboles, de rocas, de flores…' "

"Bueno, creo que eso último ya no son colores, pero espero conocer todo eso un día y que pueda yo pintarme de todos los colores que existen. Creo que me gustará el rosa, pero hay más colores… A final de cuentas uno de mis nombres es 'Arcoiris'."

"¿No lo creen?"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Para hacer un comentario solo se tiene que dar "click" sobre la palabra “comentario” y ya está, les puedo dejar mi comentario anónimo o de bloger, si esto resultase muy difícil pues mandas un correo a mis papás y ellos lo subirán como una entrada. Por favor, espero sus correos y comentarios.

Tlalli Karumi

Anónimo dijo...

Pequeña Tlalli Karumi, antes lo de rosa y azul era al revés: para una niña se regalaban bombones celestes en honor al manto de la Virgen, y para un chico eran rojos por lo de la sangre de Jesús, que con la blanca azúcar se volvían rosa... Como ves hay de todo en la viña del señor. De gustos y colores non est disputandum! Un besito para ti, desde Finlandia
Juan-Luís Moreno